sábado, 23 de febrero de 2013

La Princesa de Hielo - Cap 08


Capítulo 8.

El día estaba un poco triste, los subordinados de Mustang debían despedirse entre sí, porque a pesar de ser compañeros se habían convertido en buenos amigos. Havoc estaba contento, así que por su parte no había mucho drama…
- No se preocupen amigos, nos mantendremos comunicados – dijo al salir del cuartel.
- Havoc es el único que está feliz por esto – comento Riza.
- Yo también te digo lo mismo – dijo Mustang – Vamos a estar en contacto –
Riza y Roy se habían quedado solos en la oficina…
- Cuídese mucho Coronel, porque sin mi… corre muchos peligros – dijo firmemente.
- Jajaja… - rio un poco – Cuando sepamos por qué está pasando todo esto, vendré por ti y enfrentaremos el problema –
- Confío en que lo harás –
Mustang casi no sonreía, pero cuando estaba a solas con Hawkeye, era como si sus sentimientos se mostraran más de lo normal. Estaba dispuesto a llegar al fondo del asunto y a recuperar a su fiel subordinada.


- Así que iras al Sur… hace mucho calor allá, ¿no? Yo no podría sobrevivir estando ahí – comento Sein.
- Central y el Sur… quedan demasiado lejos, ¿no es así? – pregunto Fuery, desanimado.
- No… el Norte y el Sur quedan más lejos –
- ¿El Norte? – pregunto confundido.
- Quiero ir al Norte, porque… - la chica no sabía cómo explicarlo, así que tomo su mano y comenzó – El viento tiene partículas de hidrógeno  estas se pueden usar con el cristal presente y convertir las partículas en hielo –
Se creó una pequeña reliquia de cristal congelado, gracias a unos pedazos que tenía en su mano. Era lo que había aprendido de la investigación del Dr. Marcoh.
- Tengo que perfeccionar estas transmutaciones, por eso ir al Norte donde hay más nieve es la mejor opción –
- ¿Cómo harás para que te den la autorización? –
- No lo sé aun – dijo ella, sonriendo – Debes tener confianza en que todo se arreglara, tienes que sobrevivir en el Sur y en donde quiera que estés –
- Si, haré lo posible –
- Este cristal no puede derretirse con altas temperaturas, así que consérvalo –
Y esa fue la despedida de la Alquimista de Hielo.

 
Mientras algunos se despedían, muchos ya habían abordado el tren a su destino, como Breda y Falman, también Havoc iba camino a Central, acompañado de su novia. Mustang y Sein se marcharon más tarde, después de despedirse de las personas que estiman, por así decirlo. Al anochecer, Edward y Al llegaron al Este…
- Lo siento, pero el Coronel Mustang ha sido transferido a Central – anuncio la secretaria de ahí.
- ¿Qué? – Ed se mostraba más que decepcionado, sorprendido – Pero si hace unas semanas me dijeron que acababa de ser transferido a aquí –
- Si, sucedió eso; pero ahora se ha ido a Central, precisamente hoy –
- Y me imagino que con todos sus subordinados –
- No, solo McDougal y Havoc lo acompañaron –
- No entiendo –
Riza, que iba saliendo del cuartel, por el final de la jornada, vio a los hermanos Elric.
- Yo puedo explicarlo mejor – llego, sorprendiendo al Alquimista de Acero.

- Así que fueron separados apenas hoy… - comento, con la mirada hacia abajo.
- Si, es como si no quisieran que descubriéramos algo – agrego Alphonse.
- ¿Creen que esa es la razón? – pregunto Hawkeye.
- Veras, cuando comenzamos a investigar sobre la Piedra Filosofal en Central, hemos pasado por varias negaciones – explico Ed.
- Primero nos negaron las investigaciones del Dr. Marcoh, luego, cuando tratamos de buscar más sobre él, resulta que las personas que saben son transferidas –
- Ya veo. ¿Por qué el Fuhrer no querrá que sepan sobre la Piedra Filosofal? – se preguntó Riza – Además, solamente el Coronel y Sein saben sobre el Alquimista de Cristal; ¿Por qué separarnos al resto? –
- Hay muchas dudas, así que debemos investigar bien – dijo Ed, con determinación.
- Eso fue lo que dijo el Coronel, que al separarnos cada quien investigaría por su cuenta, para llegar a una conclusión –
- ¡Entonces debemos hacerlo, Teniente Hawkeye! – una voz intervino de repente.
Edward y Alphonse inmediatamente se pusieron en guardia…
- Ese tipo nos ha estado siguiendo en todo el camino. Prepárate Al –
- Si –
Riza estaba confundida, era la única que no estaba asustada ni en guardia.
- Mayor Armstrong – dijo, al saludar respetuosamente - ¿Qué está haciendo aquí? – pregunto.
Los hermanos Elric se detuvieron bruscamente en sus ataques, al escuchar la forma de hablar de Riza.
- El Coronel Mustang me dijo que cuidara de los Elric –
- ¿Qué? – se preguntó Ed, ofendido – No necesitamos niñeras –
- Muchas gracias – Al se inclinó ante el Mayor.
- ¿Por qué? – pregunto la Teniente.
- Dijo que había algo muy raro y que debía ver si alguien estaba esperando la oportunidad de atacarlos. Después de la pelea entre los alquimistas fuego, hielo y acero en Central, el Coronel tuvo el presentimiento de que había una razón muy fuerte para evitar que conocieran al Dr. Marcoh –
- Y de hecho la hay, solamente debemos descubrir cuál es – afirmo Ed.
- Es cierto, la única que pudo investigar sobre Marcoh fue Sein – comento Al – Y su razón era: mezclar hielo con cristal para hacer transmutaciones más resistentes –
- Es significa que ella no tenía ninguna intención en saber sobre la Piedra Filosofal – agrego Ed – Entonces… -
“No quieren que sepamos sobre la Piedra Filosofal” esta era la razón principal. Ahora la pregunta era ¿Por qué?


Central…
- Cumpliste con una de tus órdenes… por miedo –
La princesa estaba reunida con King Bradley por segunda vez.
- Solo es una estrategia, ya verás que no tienes toda la ventaja – comento él.
- Lo sé, ahora tienes a 3 alquimistas a tu disposición, para protegerte – se quejó ella – ¡No es justo! –
- Solo le pedí a Fuego y Hielo que vinieran –
- Pero Acero no tardará en llegar – aseguro – Está buscando información y entre más se la nieguen más la querrá –
- Debes saber que no vas a ganar esto – advirtió.
- Quiero a un alquimista para protegerme – exigió ella, como si se tratara de un juego.
- Ninguno de mis Alquimistas Estatales aceptara protegerte –
- Yo sé de uno que te traiciono una vez, matando a sus propios compañeros en la guerra. Lo quiero a él –
- ¿A Carmesí? –
- ¡Libéralo! –
- No puedo hacer eso. Yo mismo lo sentencie en la cárcel, sería ilógico que lo liberara así nada más –
- Haz que alguien lo saque. Recuerda que yo tengo el poder absoluto en estos momentos, y si te niegas… –
Levanto su brazo, en forma de amenaza.
“Está bien, tendrás a Carmesí a tu disposición”

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