Capítulo 6.
“No
se lo digas a nadie. Yo me encargare de decírselo personalmente. Sólo él tiene
que saberlo” Recordaba Hawkeye estando en la oficina del Coronel. Al repasar
las palabras de Sein por su mente, se preguntó ¿Por qué los alquimistas son tan
orgullosos y no admiten sus sentimientos abiertamente? Y también había otro
punto… ¿Qué haría si él, Mustang, le dijera sus sentimientos solo a ella?
-
¿Se siente bien, teniente? – pregunto el alquimista de la llama.
-
Si… no pasa nada – Riza aparto sus pensamientos.
-
No es normal verte distraída – comento.
-
Tiene mucho trabajo que hacer, Coronel –
-
Pero… aun no logro comprender porque nos trasladaron aquí –
-
Fue porque Edward Elric comenzó a buscar a Marcoh, el Fuhrer sabía que él
regresaría por más información a Central –
-
De todas maneras sigo teniendo dudas… -
-
Son pretextos para no trabajar – regaño Riza, dejando caer más hojas sobre el
escritorio.
-
Quiero salir a alguna parte… ¿Por qué Havoc si puede salir y yo no? –
-
Porque no son los mismos cargos que se les asignaron –
-
Yo diría que es porque tiene novia – a Roy le gustaba hacerse la víctima – Si
yo tuviera novia, saldría esta noche –
-
Tiene que trabajar, Coronel –
-
¿Me acompañas a tomar una copa? –
Riza
guardo silencio, aun así estaba claro que aceptaría, ya era tarde y todos se
habían marchado. La jornada de trabajo había terminado y la idea de ir a tomar
una copa no era mala.
…
-
¡Ahh, estoy tan feliz! Me la pase increíble anoche –
-
Ya cállate Havoc –
Jean
Havoc, uno de los subordinados de Mustang, estaba tan contento de haber sido
trasladado al Este, ¿la razón? Su hermosa novia.
-
Nunca había conocido a una chica tan linda –
Sus
compañeros Breda, Fuery y Falman estaban hartos de escucharlo toda la mañana.
-
¿Qué están haciendo? – llego Sein, preguntando.
-
Sein que bueno que llegaste, nosotros tenemos cosas que hacer – dijo Falman –
Quédate con el soñador –
-
Si, por lo menos sirve de algo – agrego Breda.
-
Suerte – concluyo Fuery.
Y
los tres se marcharon inmediatamente, dejando a la chica con Havoc.
-
Estoy muy feliz – dijo él al encender un cigarrillo.
-
¿Ah? –
-
Cuando te enamores me entenderás –
-
Entonces, ¿es verdad eso de que tienes novia? – Sein tomo asiento, interesada
en el tema a diferencia de los otros.
-
Si, se llama Solaris, es hermosa –
-
Oh… realmente estás enamorado. ¿A qué lugar fueron anoche? –
-
A un restaurant, pero mañana será mejor, la llevare al Café Excellence –
-
¡Ahh que lugar tan bello! – dijo la chica, maravillada – Quiero ir, dame la
dirección –
-
Te la daría, pero en ese lugar solo van parejas –
-
No importa, dámela – rogó Sein – Ya verás que si iré con alguien –
Havoc
miro a la chica, realmente dudaba que tuviera novio por esa reputación de Alquimista
Estatal que tenía, además de que era maleducada y fría, haciéndole honor a su
alquimia…
-
¿Se puede saber con quién? –
-
Dame la dirección, por favor – siguió rogando, ignorando la pregunta.
El
Teniente Segundo sonrió, estaba claro que ella no le diría a nadie con quien
estaba saliendo, era muy distante para esos casos…
-
Aquí tienes – le dio un papel con la dirección.
-
¡Gracias! – Lo tomo entre sus manos – Oye, ¿me puedes decir dónde está el
departamento de comunicaciones? –
-
Si, vas por el pasillo, al fondo y es la única puerta que está ahí –
La
chica se levantó e inmediatamente salió de la oficina.
-
¿De comunicaciones? – en ese momento, Havoc supo quién era.
…
Sein
camino por el pasillo y llego hacia la puerta, la abrió sin tocar, para variar…
muchos soldados la vieron y algunos la reconocieron…
-
Es… es la Alquimista de Hielo –
-
¿Qué? ¿La que peleo contra el Coronel y Acero? –
-
¿Qué estará haciendo aquí? –
Eran
los comentarios de los soldados presentes. Hasta que un ‘valiente’ le apunto
con un arma…
-
No puede pasar por aquí, señorita – dijo imponente.
-
A un lado, no vengo a verte a ti –
La
chica hizo a un lado el arma como si nada y se adentró en el departamento…
varios huían, excepto por Fuery que se encontraba arreglando una radio y no se
había dado cuenta del pequeño escandalo…
-
Oye… -
El
Sargento levanto la mirada…
-
Sein, ¿puedo ayudarte en algo? – pregunto amable, dejando a todos sorprendidos
de que no huyera o la reportara por estar ahí.
-
Quería… pedirte algo… - la chica empezó a ponerse roja.
-
¿Qué sucede? –
-
¡Sal conmigo por favor! – lo dijo, nunca había estado tan decidida en algo,
pero lo dijo.
-
… -
-
Ohhh… - los soldados estaban más que sorprendidos.
Hubo
un fragmento de silencio, hasta que la chica se dio cuenta de que lo había
dicho frente a todos.
-
¡Ustedes deberían regresar al trabajo si no quieren pasar todo el día
congelados! – amenazo inmediatamente.
Se
exaltaron y volvieron a sus labores, nadie podía oponerse a un Alquimista
Estatal.
-
¿E-es… es en serio? – pregunto Fuery, dudando de que alguien como ella lo
invitara a salir y así de repente.
-
Ah… entiendo si no quieres salir conmigo – la forma agresiva de Sein había desaparecido
en cuestión de segundos – Ya sé que como Alquimista Estatal he hecho tantas
cosas feas y también he sido maleducada, pero… –
-
Yo entiendo que eres una persona maravillosa detrás de todo eso – fue
interrumpida – No te preocupes por esa parte –
-
¿Ah? – la chica quedo sorprendida.
-
Solo que… no estaba preparado para una situación como esta – dijo él, apenado –
Además, asustaste a todo mi departamento –
-
… - Sein no sabía que decir, prácticamente toda su rudeza se desvanecía cuando
estaba con él.
La
miró, del tiempo que la había tratado nunca la había visto tan… tierna. Después
de todo Havoc tenía razón… “es una chica joven y tierna”.
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