Capítulo 5.
Fue
demasiado fácil, pero quizá fue porque Sein no sabía que esa información caería
en manos de alguien que no le agrada del todo…
-
¡Por fin! – dijo Edward triunfante.
Todos
estaban sorprendidos, menos el alquimista de acero…
-
¿Cómo fue que…? – Breda ni siquiera termino de preguntar por la sorpresa.
-
Fue demasiado rápido, ¿no creen? – comento Falman.
-
Eh… bueno, solamente me dijo que ya no necesitaba esa información, porque estaba aprobada su licencia de Alquimista Estatal – explico Fuery.
-
Mmm… tiene sentido – dijo Breda
-
Bien Al, ahora mismo iremos a buscar al Doctor Marcoh –
-
¿Al Doctor Marcoh? – pregunto Alphonse, que aún no le echaba un vistazo a esas
hojas.
-
Si, todo lo que explica aquí es como hacer una combinación de hielo y cristal
en una sola transmutación… no nos sirve eso, pero por fin sabemos cómo se llama
el Alquimista de Cristal –
-
Ya entiendo, hermano. Ahora solo debemos ir a buscarlo –
-
¡Exacto! –
Los
hermanos Elric estaban muy contentos, ya no se irían con las manos vacías de Central.
Le agradecieron a Fuery y se marcharon.
-
Por cierto, ¿dónde está Sein? – pregunto Falman.
-
Fue al médico –
-
¿Qué? ¿Al médico? –
-
Si, le dije que fuera para que se recuperara de las quemaduras que tenía –
Esta
respuesta dejo muy sorprendido a Falman, esa chica jamás iría al médico ni
porque el Coronel Mustang se lo ordenara.
…
Al
día siguiente, en la oficina. Mustang había reunido a todos su subordinados,
que milagrosamente estaban reunidos y puntuales…
-
Me alegra que todos estén puntuales por una vez en sus vidas – comento, con
cierta ironía - ¿Recuerdan por qué los he reunido a todos? –
-
Para alcanzar tu objetivo, Mustang – una voz ajena respondió.
Alguien
abrió la puerta y entro, se trataba de Maes Hughes…
-
¿Estás preparado para afrontar todo lo que viene? – pregunto seriamente.
Mustang
lo miro, ¿Qué era lo que acababa de descubrir? Se preguntaba.
-
Hace mucho que no les muestro esto, pero ya es hora – dijo Hughes.
Todos
lo miraron seriamente… tenía la mano en su bolsillo y de ahí saco un papel,
¿Qué habrá descubierto?…
-
Miren la foto de Elysia, ¿no se ve hermosa? Ahora tiene 3 años – alardeo
inmediatamente, mostrando la fotografía de una niña jugando con un osito.
En
ese momento, Roy tenía ganas de quemarlo, pero tuvo que contenerse…
-
¡Pensé que se trataba de algo importante! – grito el Coronel.
-
Esto es importante – dijo Hughes al guardar la fotografía.
-
Arg, como iba diciendo, estamos reunidos aquí para… -
-
Roy… - Hughes lo interrumpió de nuevo.
-
¡No nos interesa tu hija! –
-
Edward Elric está buscando a Marcoh –
Todos
se sorprendieron…
-
Ah… maldición – murmuro Sein – Oye, Fuery… cuando dije que podías hacer lo que
sea con mi investigación… ¿se la diste al enano de Acero? –
Sus
compañeros miraron al mencionado con expresión de “vas a morir”
-
Dijiste que podía hacer lo que sea – se defendió.
-
Sein, ¿Qué contenía la investigación? – pregunto Mustang.
-
Nada relevante, era una ‘receta’ para mezclar hielo con cristal y hacer
transmutaciones más resistentes. Lo único importante era el nombre: Tim Marcoh
–
-
Ya veo, con razón lo está buscando –
-
¿Qué debemos hacer? Si el Fuhrer se entera… - pregunto Hughes.
-
Haremos de cuenta que Acero robo la investigación de Sein, por el momento no
podemos ponernos en contra de él ni del Fuhrer –
-
¿Estará bien eso? – pregunto Riza, preocupada.
-
Debemos dejar que Edward siga investigando sobre Marcoh, de esta forma nos
daremos cuenta de por qué el Fuhrer no quiere que lo investiguemos – explico el
Coronel.
-
Muy buena idea – agrego Hughes.
…
-
Fue un comunicado especial del Fuhrer – dijo la secretaria – Ahora el Coronel
Mustang y su equipo deben trabajar en el cuartel del Este –
-
¿Qué? – pregunto Edward, que había regresado a Central para tener más
información del Dr. Marcoh - ¿Desde cuándo? –
-
Hace un mes –
-
Ya veo. Gracias –
Ed
salió del edificio de Central y se reunió con Al…
-
No está el Coronel Mustang, lo trasladaron al Este –
-
¡Que mala suerte! Queríamos tener más información y ahora resulta que no están
–
-
No es mala suerte Al, hace un mes que comenzamos a buscar a Marcoh y
precisamente desde ese tiempo… -
-
Es como si no quisieran que siguiéramos investigando – concluyo Alphonse.
-
Si… pero aun así no nos rendiremos. Vamos al Este, pero antes… hay que ir a
Rizenbool, debo ajustar mi brazo –
-
Esa última pelea estuvo fuerte, ¿no, hermano? –
-
Por eso debemos ir allá –
Alguien
observaba a los alquimistas desde la sombra del edificio. Una figura
completamente desconocida hasta el momento.
-
Debo seguir a los hermanos Elric – murmuro.
…
-
Yo insisto en que te dejaste el cabello largo por un hombre –
Riza
estaba sorprendida al ser interrogada por su mejor amiga Rebecca, era la
segunda vez que le preguntaba del mismo tema.
-
¿Verdad que si? Sein me apoya –
-
Ah… yo no sé – dijo la mencionada mientras comía.
Las
3 mujeres se habían reunido para almorzar, todo permanecía en perfecta armonía
a pesar de las dudas de haber si trasladados.
-
Ya te lo dije, solamente me pareció bien tenerlo así – comento Riza.
-
Jamás me convencerás con una excusa tan simple – dijo Rebecca, terminando de
comer – Bueno, las veo luego chicas – se despidió.
-
¿Al Coronel le gustan las chicas de cabello largo? – pregunto Sein de repente.
Hawkeye,
que tomaba café, por poco lo escupía por esa pregunta tan interesante…
-
Es decir, me deje el cabello largo y a él le gusta. ¡Que oportuno! – agrego la
alquimista.
-
La verdad no lo sé – respondió Riza – Siempre sale con cualquier chica –
-
¿Y eso a ti no te preocupa? –
-
¿Por qué habría de preocuparme? –
-
Bueno… es que yo pienso que entre ustedes hay algo especial. Del tiempo que
llevo siendo su subordinada me he dado cuenta de muchas cosas –
-
Yo también me he dado cuenta de muchas cosas – remarco la rubia.
-
Por eso me rendí, el Coronel Mustang es guapo pero se ve que tiene toda su
atención en una sola persona – Sein se dispuso a tomar de su café.
-
No te rendiste, te enamoraste de alguien más –
Ahora
la que casi escupía todo era la alquimista.
-
Veo que no me equivoco –
La
chica miro a la teniente como si le dijera “No se lo digas a nadie”.
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