sábado, 9 de febrero de 2013

La Princesa de Hielo - Cap 05


Capítulo 5.

Fue demasiado fácil, pero quizá fue porque Sein no sabía que esa información caería en manos de alguien que no le agrada del todo…
- ¡Por fin! – dijo Edward triunfante.
Todos estaban sorprendidos, menos el alquimista de acero…
- ¿Cómo fue que…? – Breda ni siquiera termino de preguntar por la sorpresa.
- Fue demasiado rápido, ¿no creen? – comento Falman.
- Eh… bueno, solamente me dijo que ya no necesitaba esa información, porque  estaba aprobada su licencia de Alquimista Estatal – explico Fuery.
- Mmm… tiene sentido – dijo Breda
- Bien Al, ahora mismo iremos a buscar al Doctor Marcoh –
- ¿Al Doctor Marcoh? – pregunto Alphonse, que aún no le echaba un vistazo a esas hojas.
- Si, todo lo que explica aquí es como hacer una combinación de hielo y cristal en una sola transmutación… no nos sirve eso, pero por fin sabemos cómo se llama el Alquimista de Cristal –
- Ya entiendo, hermano. Ahora solo debemos ir a buscarlo –
- ¡Exacto! –
Los hermanos Elric estaban muy contentos, ya no se irían con las manos vacías de Central. Le agradecieron a Fuery y se marcharon.
- Por cierto, ¿dónde está Sein? – pregunto Falman.
- Fue al médico –
- ¿Qué? ¿Al médico? –
- Si, le dije que fuera para que se recuperara de las quemaduras que tenía –
Esta respuesta dejo muy sorprendido a Falman, esa chica jamás iría al médico ni porque el Coronel Mustang se lo ordenara.

Al día siguiente, en la oficina. Mustang había reunido a todos su subordinados, que milagrosamente estaban reunidos y puntuales…
- Me alegra que todos estén puntuales por una vez en sus vidas – comento, con cierta ironía - ¿Recuerdan por qué los he reunido a todos? –
- Para alcanzar tu objetivo, Mustang – una voz ajena respondió.
Alguien abrió la puerta y entro, se trataba de Maes Hughes…
- ¿Estás preparado para afrontar todo lo que viene? – pregunto seriamente.
Mustang lo miro, ¿Qué era lo que acababa de descubrir? Se preguntaba.
- Hace mucho que no les muestro esto, pero ya es hora – dijo Hughes.
Todos lo miraron seriamente… tenía la mano en su bolsillo y de ahí saco un papel, ¿Qué habrá descubierto?…
- Miren la foto de Elysia, ¿no se ve hermosa? Ahora tiene 3 años – alardeo inmediatamente, mostrando la fotografía de una niña jugando con un osito.
En ese momento, Roy tenía ganas de quemarlo, pero tuvo que contenerse…
- ¡Pensé que se trataba de algo importante! – grito el Coronel.
- Esto es importante – dijo Hughes al guardar la fotografía.
- Arg, como iba diciendo, estamos reunidos aquí para… -
- Roy… - Hughes lo interrumpió de nuevo.
- ¡No nos interesa tu hija! –
- Edward Elric está buscando a Marcoh –
Todos se sorprendieron…
- Ah… maldición – murmuro Sein – Oye, Fuery… cuando dije que podías hacer lo que sea con mi investigación… ¿se la diste al enano de Acero? –
Sus compañeros miraron al mencionado con expresión de “vas a morir”
- Dijiste que podía hacer lo que sea – se defendió.
- Sein, ¿Qué contenía la investigación? – pregunto Mustang.
- Nada relevante, era una ‘receta’ para mezclar hielo con cristal y hacer transmutaciones más resistentes. Lo único importante era el nombre: Tim Marcoh –
- Ya veo, con razón lo está buscando –
- ¿Qué debemos hacer? Si el Fuhrer se entera… - pregunto Hughes.
- Haremos de cuenta que Acero robo la investigación de Sein, por el momento no podemos ponernos en contra de él ni del Fuhrer –
- ¿Estará bien eso? – pregunto Riza, preocupada.
- Debemos dejar que Edward siga investigando sobre Marcoh, de esta forma nos daremos cuenta de por qué el Fuhrer no quiere que lo investiguemos – explico el Coronel.
- Muy buena idea – agrego Hughes.


- Fue un comunicado especial del Fuhrer – dijo la secretaria – Ahora el Coronel Mustang y su equipo deben trabajar en el cuartel del Este –
- ¿Qué? – pregunto Edward, que había regresado a Central para tener más información del Dr. Marcoh - ¿Desde cuándo? –
- Hace un mes –
- Ya veo. Gracias –
Ed salió del edificio de Central y se reunió con Al…
- No está el Coronel Mustang, lo trasladaron al Este –
- ¡Que mala suerte! Queríamos tener más información y ahora resulta que no están –
- No es mala suerte Al, hace un mes que comenzamos a buscar a Marcoh y precisamente desde ese tiempo… -
- Es como si no quisieran que siguiéramos investigando – concluyo Alphonse.
- Si… pero aun así no nos rendiremos. Vamos al Este, pero antes… hay que ir a Rizenbool, debo ajustar mi brazo –
- Esa última pelea estuvo fuerte, ¿no, hermano? –
- Por eso debemos ir allá –
Alguien observaba a los alquimistas desde la sombra del edificio. Una figura completamente desconocida hasta el momento.
- Debo seguir a los hermanos Elric – murmuro.


- Yo insisto en que te dejaste el cabello largo por un hombre –
Riza estaba sorprendida al ser interrogada por su mejor amiga Rebecca, era la segunda vez que le preguntaba del mismo tema.
- ¿Verdad que si? Sein me apoya –
- Ah… yo no sé – dijo la mencionada mientras comía.
Las 3 mujeres se habían reunido para almorzar, todo permanecía en perfecta armonía a pesar de las dudas de haber si trasladados.
- Ya te lo dije, solamente me pareció bien tenerlo así – comento Riza.
- Jamás me convencerás con una excusa tan simple – dijo Rebecca, terminando de comer – Bueno, las veo luego chicas – se despidió.
- ¿Al Coronel le gustan las chicas de cabello largo? – pregunto Sein de repente.
Hawkeye, que tomaba café, por poco lo escupía por esa pregunta tan interesante…
- Es decir, me deje el cabello largo y a él le gusta. ¡Que oportuno! – agrego la alquimista.
- La verdad no lo sé – respondió Riza – Siempre sale con cualquier chica –
- ¿Y eso a ti no te preocupa? –
- ¿Por qué habría de preocuparme? –
- Bueno… es que yo pienso que entre ustedes hay algo especial. Del tiempo que llevo siendo su subordinada me he dado cuenta de muchas cosas –
- Yo también me he dado cuenta de muchas cosas – remarco la rubia.
- Por eso me rendí, el Coronel Mustang es guapo pero se ve que tiene toda su atención en una sola persona – Sein se dispuso a tomar de su café.
- No te rendiste, te enamoraste de alguien más –
Ahora la que casi escupía todo era la alquimista.
- Veo que no me equivoco –
La chica miro a la teniente como si le dijera “No se lo digas a nadie”.

*-*-*-*-*-*

No hay comentarios:

Publicar un comentario