Capítulo 11.
En
el Norte, las cosas estaban frías… pero no por el clima…
-
¿Por qué has regresado a Briggs? – pregunto una mujer, líder del lugar.
-
Maestra, le pido por favor que me entrene de nuevo – Sein se presentó de manera
muy respetuosa.
-
Ya te entrene lo suficiente, tu examen de alquimista fue aprobado; ¿Qué más
quieres? –
-
Quiero que me enseñe a empuñar la espada –
-
¿Y por qué crees que tengo tiempo para eso? –
-
Porque el Fuhrer está en peligro, es decir… toda Central está en peligro y debo
pelear contra alguien demasiado fuerte –
-
Liberaste al Alquimista Carmesí antes de venir aquí, ¿Por qué? – la Mayor ya
estaba enterada de la noticia.
-
No tenía otra opción… - dijo al desviar la mirada.
-
Debes conseguir una espada si quieres que te enseñe a usarla, y que sea digna
de enfrentarse a la espada de la familia Armstrong – ordeno.
-
¡Sí! –
-
Pero… Señora, usted no debería ayudarl… -
-
Si ella pide un entrenamiento bajo esta situación, no se lo negare, ya que
tendré la oportunidad de aniquilarla en caso de que sea la causa del problema –
-
… - la chica no dijo nada, pero estaba muy tensa.
Falman
presencio esto, de repente alguien del cuartel le hablo…
-
¿Usted es Vato Falman? –
-
Sí, soy yo –
-
Tiene una llamada urgente de Central –
Fue
hacia la habitación donde esperaba el teléfono, lo tomo y comenzó a hablar con
el Coronel Mustang.
-
Reuniré a todo el equipo – anuncio – Debemos resolver este problema en Central
–
-
¿Quiere que vaya hoy mismo? – pregunto Falman.
-
No. Tu caso será diferente, supongo que ya te encontraste con Sein –
-
Si, le pidió a la Mayor Armstrong que la entrenara para poder pelear con espada
–
-
¿Qué? – Roy se puso a pensar inmediatamente “¿Para qué quiere aprender a
manejar una espada? ¿No será que es porque el Fuhrer lucha de esa manera?” –
Escucha Falman, debes mantener vigilada a Sein; hay muchas posibilidades de que
ella sea la mujer que amenaza al Fuhrer –
-
¡No puede ser! ¿Por qué habría de oponerse? –
-
Piénsalo, él asesino a su hermano mayor; hay demasiadas coincidencias, Hughes
me dijo que se trataba de una tal Mirna Leblanc, pero ¿no crees que sería
apropiado que usase un nombre falso? –
-
… -
-
Por eso te pido que te quedes ahí y si se va del Norte, debes seguirla; imagino
que ira a Central cuando termine de entrenar para atacar al Fuhrer –
-
Entiendo… pero, ella dijo que quería defenderlo y que toda Central estaba en
peligro –
-
No te dejes engañar, por obvias razones no dirá su verdadero plan –
Minutos
después, Falman colgó el teléfono, pero a diferencia de Breda, sus pensamientos
sobre la chica no eran muy claros. “No… ella no es una persona que se concentre
en la venganza”
…
Por
otro lado, había otra conversación por teléfono…
-
El Coronel dice que debemos ir a Central cuanto antes y en secreto – informo
Breda – Es muy importante comunicarse con él desde un teléfono público cuando
lleguemos –
-
¿Es por algo grave? – pregunto Fuery – Iré para allá inmediatamente –
-
Espera… antes de que cuelgues, creo que debes saber algo –
-
¿Eh? –
-
Existe la posibilidad de que… no, más bien Sein nos traiciono. Supongo que ya
te enteraste de aquella noticia en la que libero al Alquimista Carmesí –
-
Ese fue su medio para irse de Central, me dijo que iría al Norte a como diera
lugar –
-
¿Qué? No debes confiar tanto en la gente, ese podría ser tu error más grande –
reprendió Breda.
-
¿Qué quieres decir con eso? ¿Insinúas que Sein es la causa del problema? –
pregunto confundido.
-
Todo apunta a que es ella, según Maes Hughes, la enemiga es conocida como la
Princesa de Hielo –
-
Pero… –
-
Así que no te dejes llevar por las emociones y ven a Central para ayudar al
Coronel Mustang –
-
No puede ser posible… - el tono de voz de Fuery era tranquilo, esto lo noto
Breda.
-
¿De verdad estas tan seguro de que no se trata de ella? En un momento como este
te asustaría la idea de que nos traicionara alguien del equipo –
El
Sargento tenía en una mano el trozo de cristal que ella le había dado antes de
irse a Central, lo había tomado como un símbolo de confianza…
-
No hay ninguna traición aquí – dijo al momento de empuñar dicho objeto.
Breda
suspiro, parecía que no podía convencerlo de lo contrario, así que dejo de
insistir en culpar a Sein.
-
Te veo en Central –
Ambos
colgaron el teléfono.
…
En
el Norte… Sein estaba trasmutando una espada a base de hielo y cristal, este
sería su experimento final como alquimista. Si esa espada era capaz de soportar
el duro entrenamiento de Olivier Mira Armstrong, entonces estaría preparada
para todo. El verdadero examen de alquimista lo aprobaría. Falman se acercó a
ella, dudando de su traición…
-
Sein… ¿Por qué quieres pelear con una espada? Puedes enfrentarte como lo hacen
todos los alquimistas –
-
Mi maestra me dijo que jamás dependiera de la alquimia –
-
Ya veo… -
-
Además, si peleo como los demás alquimistas. Por ejemplo, Edward usa su
automail para poder pelear, ¿no? Lo transforma en un arma filosa. Yo estoy
transformando el hielo en una espada, añadiéndole cristal para hacerla
resistente y de esta forma lograr algo como Alquimista Estatal –
Falman
tenía que preguntarle algo, pero temía hacerlo… esto hasta unos minutos más
tarde…
-
Sein, ¿Quién es Mirna Leblanc? –
La
chica se sorprendió de golpe, dejando caer la espada que estaba puliendo.
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