miércoles, 6 de marzo de 2013

La Princesa de Hielo - Cap 10


Capítulo 10.

“La novia de Havoc nos está espiando” pensó Mustang al estar parado frente a la puerta de una casa, ahí en Central. El mismo Havoc lo recibió, pasaron a la sala para hablar detalladamente.
- Así que cuando dijiste que tenías donde quedarte… te referías a la casa de tu novia – comento el Coronel.
- Si, vivo con ella. Es el destino, ¿no crees? Ser trasladado a Central y vivir con una hermosa mujer –
- ¿Esta aquí ahora? –
- No, fue a trabajar. ¿No mencione que es diseñadora? Quería presentártela –
- Iré al grano – dijo Roy, firmemente – Sein dice que tu novia nos está espiando, ¿no crees que es mucha casualidad que ahora vivas con ella? ¿Tan pronto? La acabas de conocer hace uno o dos meses –
Havoc se puso serio, su amor por Solaris no le dejaba ni un lugar a la duda…
- Deberías ocuparte de tu propia vida –
- ¿Qué? – Roy quedo sorprendido.
- Solaris sería incapaz de traicionarme, ella ha sido la mujer más bella y sincera que he conocido –
- No metas tus sentimientos en esto, tienes un deber en Central. Si el Fuhrer quiere que lo protejamos, es porque algo muy grave está pasando – advirtió Mustang.
- Si Sein te dijo eso, ¡no es verdad! – se levantó de su asiento – Esa chica acaba de liberar a Kimblee, solo vino a Central para traicionarte a ti y a todos nosotros que conformamos el equipo –
- Aun no sé por qué Sein libero a Carmesí, pero tan solo el hecho de haber sido separados ¿no te parece raro? –
- Si a todos nos separaron es porque no está pasando nada, no es necesario que estemos juntos; y a esa ‘egoísta’ lo único que le importa es perfeccionar su alquimia. Te lo repito, deberías preocuparte por tu vida –
- Havoc, no puedo creer que me estés hablando así –
- Estas tratando de separarme de mi novia; si tanto quieres una, ¿Por qué no, de una vez por todas, le expresas lo que sientes a Hawkeye? –
Esta pregunta dejo congelado al Coronel, pensaba que nadie se daría cuenta de su especial atención hacia la rubia, no supo que contestar.


La noche era fría y profunda, el Coronel iba a bordo de un auto con chofer, por lo que se encontraba en el asiento trasero, pensando…
“¿Por qué no, de una vez por todas, le expresas lo que sientes a Hawkeye?”
- Riza… - murmuro de repente.
- ¿Disculpe? – dijo el chofer, al casi escuchar el nombre.
- Nada. No es nada – respondió, sacudiendo sus pensamientos que contenían a la mujer rubia, sonriendo.
- Es muy tarde para seguir trabajando, Coronel –
- Debo atender un asunto muy importante antes de ir a dormir –
El vehículo se detuvo frente a una casa, esta vez completamente diferente a la que había visitado durante el día.
- Buenas noches, Coronel Mustang – saludo una mujer al abrir la puerta – Mi esposo lo está esperando en la sala –
- Buenas noches, Gracia –
Junto a Gracia, Elysia se encontraba coloreando unas hojas, pero se dio cuenta de la presencia del Coronel inmediatamente. En la sala, por su puesto, estaba Hughes que al parecer lo había mandado llamar.
- ¿Cómo te fue con Havoc? – pregunto al instante.
- Está completamente cegado por esa mujer, me dijo que era imposible que ella estuviese conspirando contra nosotros –
- Ya veo. ¡De verdad está enamorado! Lo entiendo – dijo, acordándose de su esposa Gracia – Por cierto, ¿ya viste lo hermosa que esta Elysia? –
- ¿Solo para eso me llamaste? – pregunto Roy fríamente.
- ¡Le compre un vestido nuevo y quería que la vieras! – agrego.
- Si eso era todo, me marcho – se levantó del sillón y dio media vuelta.
- Ya sé quien está amenazando al Fuhrer – Hughes cambio su expresión de alegría por un tono serio, lo que detuvieron los pasos del Coronel – Se trata de una mujer misteriosa que posee las Piedras Azules, mejor conocida como la Princesa de Hielo –
- ¿Qué? – Roy se volvió inmediatamente.
- Por el informe que me dieron, esas piedras pueden derrotar a cualquiera que no sepa usar alquimia. Esa es la razón de por qué el Fuhrer no puede enfrentarla –
- ¿Y cómo obtuvo esas piedras? Según las investigaciones, nadie puede tenerlas porque equivalen a una Piedra Filosofal, con la diferencia de que su poder tiene límites –
- Dicen que pertenece a una familia respetable y de ahí las heredo, su nombre es… Mirna Leblanc –
- Ese no puede ser su nombre –
- ¿Eh? – Hughes quedo sorprendido.
- Si dices que es una tal princesa que maneja alquimia y posee herencia de su familia, la única persona que me viene a la mente es… -
- ¡No puede ser ella! –
- Marceline S. McDougal nos traiciono – afirmo el Coronel - ¿Acaso es coincidencia que quiera atacar al Fuhrer? Asesino a su hermano mayor y quizá esté buscando venganza –
- Yo no estaría muy seguro de… -
- Además, libero a Kimblee y huyo inmediatamente al Norte. ¡Ahora todo tiene sentido! Uso esa mentira de la novia de Havoc para distraerme –
- Espera Roy, la verdad no creo… -
- ¡Es más que obvio! Mañana mismo reuniré a todo mi equipo, lo necesito para vigilar a Havoc mientras me ocupo de arrestar a Sein –
Hughes era interrumpido constantemente y ni siquiera pudo terminar sus frases, pues el Coronel salió rápidamente, sin despedirse.


Al día siguiente, había que hacer más movimientos…
- Lo siento mucho, pero la Teniente Hawkeye no vino a trabajar hoy –
- ¿Qué? No puede ser, necesito hablar con ella urgentemente –
- No está aquí, Coronel –
Mustang colgó el teléfono, ¿Dónde estaba su fiel subordinada en ese momento? Entretanto, un automóvil se dirigía a Ciudad Central…
- Gracias por llevarnos, Teniente. ¿No habrá ningún problema con eso? – pregunto Alphonse.
- No, yo también debo ir a Central. Quiero saber que está pasando en realidad – contesto Riza, conduciendo el vehículo.
- Es verdad, parece que lo mejor está allá – agrego Ed.
- Debemos saber que pasa y proteger al Fuhrer – dijo el Mayor Armstrong.
Los cuatro se habían puesto de acuerdo para viajar durante la noche, de esta forma nadie se daría cuenta tan pronto de sus ausencias en el Este.


- Comuníqueme con Heymans Breda – ahora el Coronel Mustang debía contactar a los demás, aunque estuviera preocupado por Riza.
- Si, diga Coronel –
- Necesito que te comuniques con Fuery. Todo el equipo debe reunirse en Central cuanto antes y de forma secreta –
- ¿Sucede algo? ¿Qué hay de Falman? –
- Yo mismo me comunicare con él, ya que se encuentra en el Norte, necesito hacerle unas preguntas –
- Me entere de la noticia, Sein traiciono a Central, ¿no es así? –
- Es lo que estoy sospechando… -
- ¿Para qué habría de liberar al Alquimista Carmesí? Seguramente está en contra del Fuhrer –
- Hughes me dijo que la enemiga se llama Mirna Leblanc, pero también le dicen ‘Princesa de Hielo’ –
- Ya veo. Parece que hay mucha coincidencia, nunca me agrado esa chica –
- Eso todo lo que tienes que saber por el momento, en cuanto llegues a Central, comunícate conmigo desde un teléfono público; que Fuery haga lo mismo –
- Si, Coronel Mustang. Cuente conmigo – Breda colgó.
“Al final de cuentas, Marceline S. McDougal termino siendo una traidora” pensó.

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