lunes, 28 de enero de 2013

La Princesa de Hielo - Cap 01 y 02


Capítulo 1 & 2.

Algo sorprendente paso… la gente quedo impactada y Breda también. Marceline no podía creerlo…
- ¡Basta Breda! ¡Es una chica! –
Kain Fuery, su compañero, era demasiado blando como para pertenecer a la milicia, pero en estos momentos no había explicaciones para eso. Intervino y recibió dicho golpe en el estómago, debido a que iba hacia el suelo.
- ¡Fuery, no te metas en esto! – Breda estaba arrepentido por golpear a su compañero.
Falman se acercó a la alquimista para ver si estaba bien.
- ¿Tu eres… McDougal? ¿Estás bien? –
- Maldición… - susurro ella – Por poco… - se puso de pie para ver cómo estaba Fuery – Yo podía sola, pero… gracias – luego se dirigió a Falman - ¿Fue tan difícil reconocerme? –
- Bueno, es que yo… -
- No importa – dijo cortante y camino hasta la salida del bar. Su orgullo estaba destrozado y tenía que limpiarse la sangre de la nariz cuanto antes.
- ¿Estas bien? – Breda le pregunto a Fuery, ignorando a la chica.
- Si, pero a la próxima vez no pelees por cualquier cosa – reclamo.
- Bueno, yo que iba a saber, la mocosa tiene el cabello corto y es alquimista. Así no son las mujeres –
- Es mejor que vayamos a descansar, recuerden que nos nombraron subordinados del Coronel Mustang y debemos presentarnos mañana temprano – recomendó Falman.
Y al día siguiente…
- Estoy complacido, tengo al mejor equipo – dijo Mustang, desde el asiento de su escritorio – Muy completo y puntual –
Estaban formados Havoc, Breda, Fuery, Falman y Hawkeye, listos para recibir órdenes y ayudar al Coronel con su meta de convertirse en Fuhrer.
- No puedo pedir otra cosa –
- Coronel, falta alguien en su equipo – dijo Riza, sosteniendo una lista – Ayer por la tarde, King Bradley hizo dos cosas oficiales –
- ¿Ah? – Mustang la miro sin mucho interés.
- Nombro al nuevo Alquimista de Hielo –
- ¿En serio? – pregunto con burla.
- Y… ese alquimista fue rebajado al puesto de subordinado –
- Me pregunto quién será – dijo con ingenuidad – Se supone que el Alquimista de Hielo fue asesinado –
- Ella estuvo en la guerra de Ishbal, combatiendo al lado de Kimblee. ¿No lo recuerda Coronel? – pregunto Riza, un tanto desesperada por la actitud de él.
- ¿Ahh? ¿Vamos a tener una alquimista en el grupo? – pregunto Havoc, con un cigarrillo sostenido en su boca.
- No puede ser… - dijo Breda, mirando a sus compañeros con los que estaba la noche anterior.
En ese momento, alguien entro a la habitación sin tocar…
- ¿Esta aquí el Coronel Mustang? – pregunto Marceline.
- Oye, ¿no te enseñaron a tocar la puerta? –
- ¿Qué? … ¡Tú! – la chica señalo a Breda – ¡No puede ser! –
- Créelo nena, es posible – le respondió con pesadez.
Mientras que…
- Ahhh, ¡Ya me acorde! – Mustang se levantó de su asiento – Marceline S. McDougal, la hermana menor de Isaac –
- ¡Sí! – la mencionada se puso firme ante el Coronel.
- Bienvenida al equipo, alguien como tú nos servirá mucho –
- Gracias, Coronel Mustang –
- Después de todo tienes habilidades alquímicas, entrenaste en el Norte, sobreviviste en la guerra de Ishbal… -
Marceline estaba fastidiada de tanto halago, pero claro, conocía a Mustang perfectamente y sabía que solo lo estaba haciendo para molestarla.
- No sólo molesta a Acero, ¿ah? –
Mustang guardo silencio.
- McDougal… -
- ¡Sein! Llámenme por mi segundo nombre –
- Sein – aclaro – Vas a obedecer mis órdenes de ahora en adelante – el tono de voz ya era serio.
- ¡Si, Coronel! – dijo con el saludo militar.


- Pero, ¿Quién se cree que es? –
- ¿Viste que solamente fue respetuosa con el Coronel? –
- Se ve que es muy arrogante –
Era la hora del almuerzo y todos los subordinados de Mustang estaban reunidos en una mesa, excepto por las chicas: Riza y Sein.
- Bien, bien, voy a trazar un plan – propuso Breda – Nosotros no nos dejaremos –
- No creo que sea buena idea ir en contra de un alquimista – comento Fuery.
- Apoyo eso – dijo Falman.
- Oigan, deberían estar emocionados. Es una chica joven y… - Havoc iba a decir ‘bonita’ pero el aspecto de niño que llevaba no era para darle ese calificativo - … tierna –
- ¡Ja! ¿Tierna, dices? No la conociste ayer, fuimos al bar y tremendo lío que tuvimos por su culpa –
- Disculpen, pero no creo que todo esto sea necesario – Fuery se levantó, había terminado de comer – Deberíamos intentar llevarnos bien, después de todo somos del mismo equipo –
- Pero solo obedece a Mustang –
Breda fue ignorado, mientras que su compañero recogía las hojas de trabajo para volver a su puesto.
- Yo estoy a favor de Fuery – acoto Falman.
En la oficina, Riza estaba con Sein…
- Estas son las hojas que hay que revisar – dijo la teniente al entregárselas.
- ¿Trabajo de oficina? ¿Pero… por qué? –
- El Coronel me pidió que te diera esta tarea, por el momento no hay más que hacer –
La rubia se retiró hacia su escritorio. Sein reviso los documentos de mala gana…
- También ten listo tu reporte como Alquimista Estatal, recuerda que ahora tienes doble responsabilidad – agrego.
- Si… - fue la única respuesta.
- Aquí hay más papeles por revisar – Fuery llego al escritorio de la alquimista y dejo las hojas que traía desde la cafetería.
- ¿Mas papeleo? – se lamentó ella.
- Sein… ¿no has pensado en dejarte el cabello largo? – pregunto él.
La chica se sorprendió…
- De esa forma ya no te confundirían con un chico, además creo que te verías bien – dijo esto y mostró su amable sonrisa.
Sein, que era una chica después de todo, no pudo evitar sentirse rara y apenada así que no dijo nada.
- Tengo que continuar con mi trabajo –
Fuery se retiró, no esperaba una respuesta en ese momento porque tenía cosas que hacer. Riza noto cierta situación con la joven, pero no dijo nada, le recordó a alguien que conocía ¿será que todos los alquimistas son iguales?

Pasaron meses y Central recibió la visita de Edward Elric, el Alquimista de Acero.
- ¿Así que vienes a preguntarme sobre la Piedra Filosofal? – pregunto Mustang.
- Al y yo hemos estado investigando todo lo que podemos, pero hay algo que nos hace falta… las investigaciones del Alquimista de Cristal –
- Es información confidencial –
- ¿No puedes decirme por lo menos como se llama? –
- Intentarías buscarlo y sería lo mismo que darte su información –
Edward guardo silencio, necesitaba saber sobre él, por lo menos su nombre; investigar sobre la Piedra Filosofal era su única prioridad y por ahora las pistas apuntaban a las investigaciones de ese alquimista.
- ¿Y si te gano en una batalla? –
- Jajajaja – rió el Coronel – Acero, no tiene caso. King Bradley no aprobaría eso, él mismo prohibió que divulgáramos información sobre el Alquimista de Cristal –


Más tarde, Ed y Al se encontraban reunidos en la sala principal. Mustang había rechazado cualquier trato que le ofrecía Acero.
- No trates de presionarlo, de verdad no puede darte esa información – explico Riza.
- ¿Ya intentaste retarlo o algo así? – pregunto Havoc.
- Si, pero no funciono – Ed respondió de mala gana.
- Hermano… - Al estaba desanimado.
En ese momento, alguien abrió la puerta…
- ¿Dónde está el Coronel Mustang? –
Era una voz muy conocida para los presentes menos para los hermanos Elric, la maleducada que nunca tocaba antes de abrir…
- ¿Sein? – pregunto Riza muy sorprendida.
- Creí que te habías perdido en las montañas – comento Breda de mala gana.
Y claro, habían pasado meses desde que la chica se había ido a quien sabe dónde para realizar sus tareas como Alquimista de Hielo; pero lo que sorprendía a Riza era que ya no llevaba el cabello corto, ahora lo tenía atado a una coleta que la hacía ver diferente.
- Ah… vendrá dentro de unos minutos, fue a ver al Fuhrer – contesto la teniente, saliendo de su impresión.
- Ya veo. Espero que ahora si este contento con mis investigaciones, casi estuve 1 año fuera –
- ¿Y ella quién es? – pregunto Alphonse, curioso.
- Sein, la Alquimista de Hielo, creí que Hielo y Acero ya se conocían – respondió Falman, refiriéndose en general a Ed y Al.
- ¿Qué? – Sein se acercó a la armadura – Alquimista de Acero, es un placer conocerte. Veo que el nombre no te lo dan por nada –
Alphonse respondió al saludo por educación, pero estaba muy apenado y Edward… bueno, ahí estaba molesto…
- Oye, YO soy el Alquimista de Acero, Edward Elric –
- ¡Por favor! No te compares con él, enano – dijo la chica.
- ¡No me llames así! Además, ¿Qué no había muerto el Alquimista de Hielo? –
- Si, pero ahora soy yo la que ocupa su lugar – respondió ella.
Al se alejaba poco a poco porque se veía venir una fuerte discusión entre ellos…
- Claro, seguramente te alegraste de su muerte para tener el privilegio –
- … – la chica apretó los puños.
Ed guardo silencio al notar la reacción…
- Ese era mi hermano, ¡IDIOTA! – grito ella al soltarle tremendo puñetazo al rubio.
Nadie intervino, solo quedaba observar…
- Si Mustang no está aquí, iré a buscarlo. Tengo que entregarle mi informe sobre la alquimia de cristal – Sein salió furiosa de la habitación.
- ¿Alquimia de cristal? – Ed y Al reaccionaron de inmediato.

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