Capítulo 1 & 2.
Algo
sorprendente paso… la gente quedo impactada y Breda también. Marceline no podía
creerlo…
-
¡Basta Breda! ¡Es una chica! –
Kain
Fuery, su compañero, era demasiado blando como para pertenecer a la milicia,
pero en estos momentos no había explicaciones para eso. Intervino y recibió
dicho golpe en el estómago, debido a que iba hacia el suelo.
-
¡Fuery, no te metas en esto! – Breda estaba arrepentido por golpear a su
compañero.
Falman
se acercó a la alquimista para ver si estaba bien.
-
¿Tu eres… McDougal? ¿Estás bien? –
-
Maldición… - susurro ella – Por poco… - se puso de pie para ver cómo estaba
Fuery – Yo podía sola, pero… gracias – luego se dirigió a Falman - ¿Fue tan
difícil reconocerme? –
-
Bueno, es que yo… -
-
No importa – dijo cortante y camino hasta la salida del bar. Su orgullo estaba
destrozado y tenía que limpiarse la sangre de la nariz cuanto antes.
-
¿Estas bien? – Breda le pregunto a Fuery, ignorando a la chica.
-
Si, pero a la próxima vez no pelees por cualquier cosa – reclamo.
-
Bueno, yo que iba a saber, la mocosa tiene el cabello corto y es alquimista.
Así no son las mujeres –
-
Es mejor que vayamos a descansar, recuerden que nos nombraron subordinados del
Coronel Mustang y debemos presentarnos mañana temprano – recomendó Falman.
Y
al día siguiente…
-
Estoy complacido, tengo al mejor equipo – dijo Mustang, desde el asiento de su
escritorio – Muy completo y puntual –
Estaban
formados Havoc, Breda, Fuery, Falman y Hawkeye, listos para recibir órdenes y
ayudar al Coronel con su meta de convertirse en Fuhrer.
-
No puedo pedir otra cosa –
-
Coronel, falta alguien en su equipo – dijo Riza, sosteniendo una lista – Ayer
por la tarde, King Bradley hizo dos cosas oficiales –
-
¿Ah? – Mustang la miro sin mucho interés.
-
Nombro al nuevo Alquimista de Hielo –
-
¿En serio? – pregunto con burla.
-
Y… ese alquimista fue rebajado al puesto de subordinado –
-
Me pregunto quién será – dijo con ingenuidad – Se supone que el Alquimista de
Hielo fue asesinado –
-
Ella estuvo en la guerra de Ishbal, combatiendo al lado de Kimblee. ¿No lo
recuerda Coronel? – pregunto Riza, un tanto desesperada por la actitud de él.
-
¿Ahh? ¿Vamos a tener una alquimista en el grupo? – pregunto Havoc, con un
cigarrillo sostenido en su boca.
-
No puede ser… - dijo Breda, mirando a sus compañeros con los que estaba la
noche anterior.
En
ese momento, alguien entro a la habitación sin tocar…
-
¿Esta aquí el Coronel Mustang? – pregunto Marceline.
-
Oye, ¿no te enseñaron a tocar la puerta? –
-
¿Qué? … ¡Tú! – la chica señalo a Breda – ¡No puede ser! –
-
Créelo nena, es posible – le respondió con pesadez.
Mientras
que…
-
Ahhh, ¡Ya me acorde! – Mustang se levantó de su asiento – Marceline S.
McDougal, la hermana menor de Isaac –
-
¡Sí! – la mencionada se puso firme ante el Coronel.
-
Bienvenida al equipo, alguien como tú nos servirá mucho –
-
Gracias, Coronel Mustang –
-
Después de todo tienes habilidades alquímicas, entrenaste en el Norte,
sobreviviste en la guerra de Ishbal… -
Marceline
estaba fastidiada de tanto halago, pero claro, conocía a Mustang perfectamente
y sabía que solo lo estaba haciendo para molestarla.
-
No sólo molesta a Acero, ¿ah? –
Mustang
guardo silencio.
-
McDougal… -
-
¡Sein! Llámenme por mi segundo nombre –
-
Sein – aclaro – Vas a obedecer mis órdenes de ahora en adelante – el tono de
voz ya era serio.
-
¡Si, Coronel! – dijo con el saludo militar.
…
-
Pero, ¿Quién se cree que es? –
-
¿Viste que solamente fue respetuosa con el Coronel? –
-
Se ve que es muy arrogante –
Era
la hora del almuerzo y todos los subordinados de Mustang estaban reunidos en
una mesa, excepto por las chicas: Riza y Sein.
-
Bien, bien, voy a trazar un plan – propuso Breda – Nosotros no nos dejaremos –
-
No creo que sea buena idea ir en contra de un alquimista – comento Fuery.
-
Apoyo eso – dijo Falman.
-
Oigan, deberían estar emocionados. Es una chica joven y… - Havoc iba a decir
‘bonita’ pero el aspecto de niño que llevaba no era para darle ese calificativo
- … tierna –
-
¡Ja! ¿Tierna, dices? No la conociste ayer, fuimos al bar y tremendo lío que
tuvimos por su culpa –
-
Disculpen, pero no creo que todo esto sea necesario – Fuery se levantó, había
terminado de comer – Deberíamos intentar llevarnos bien, después de todo somos
del mismo equipo –
-
Pero solo obedece a Mustang –
Breda
fue ignorado, mientras que su compañero recogía las hojas de trabajo para
volver a su puesto.
-
Yo estoy a favor de Fuery – acoto Falman.
En
la oficina, Riza estaba con Sein…
-
Estas son las hojas que hay que revisar – dijo la teniente al entregárselas.
-
¿Trabajo de oficina? ¿Pero… por qué? –
-
El Coronel me pidió que te diera esta tarea, por el momento no hay más que
hacer –
La
rubia se retiró hacia su escritorio. Sein reviso los documentos de mala gana…
-
También ten listo tu reporte como Alquimista Estatal, recuerda que ahora tienes
doble responsabilidad – agrego.
-
Si… - fue la única respuesta.
-
Aquí hay más papeles por revisar – Fuery llego al escritorio de la alquimista y
dejo las hojas que traía desde la cafetería.
-
¿Mas papeleo? – se lamentó ella.
-
Sein… ¿no has pensado en dejarte el cabello largo? – pregunto él.
La
chica se sorprendió…
-
De esa forma ya no te confundirían con un chico, además creo que te verías bien
– dijo esto y mostró su amable sonrisa.
Sein,
que era una chica después de todo, no pudo evitar sentirse rara y apenada así
que no dijo nada.
-
Tengo que continuar con mi trabajo –
Fuery
se retiró, no esperaba una respuesta en ese momento porque tenía cosas que
hacer. Riza noto cierta situación con la joven, pero no dijo nada, le recordó a
alguien que conocía ¿será que todos los alquimistas son iguales?
Pasaron
meses y Central recibió la visita de Edward Elric, el Alquimista de Acero.
-
¿Así que vienes a preguntarme sobre la Piedra Filosofal? – pregunto Mustang.
-
Al y yo hemos estado investigando todo lo que podemos, pero hay algo que nos
hace falta… las investigaciones del Alquimista de Cristal –
-
Es información confidencial –
-
¿No puedes decirme por lo menos como se llama? –
-
Intentarías buscarlo y sería lo mismo que darte su información –
Edward
guardo silencio, necesitaba saber sobre él, por lo menos su nombre; investigar
sobre la Piedra Filosofal era su única prioridad y por ahora las pistas
apuntaban a las investigaciones de ese alquimista.
-
¿Y si te gano en una batalla? –
-
Jajajaja – rió el Coronel – Acero, no tiene caso. King Bradley no aprobaría
eso, él mismo prohibió que divulgáramos información sobre el Alquimista de
Cristal –
…
Más
tarde, Ed y Al se encontraban reunidos en la sala principal. Mustang había
rechazado cualquier trato que le ofrecía Acero.
-
No trates de presionarlo, de verdad no puede darte esa información – explico
Riza.
-
¿Ya intentaste retarlo o algo así? – pregunto Havoc.
-
Si, pero no funciono – Ed respondió de mala gana.
-
Hermano… - Al estaba desanimado.
En
ese momento, alguien abrió la puerta…
-
¿Dónde está el Coronel Mustang? –
Era
una voz muy conocida para los presentes menos para los hermanos Elric, la
maleducada que nunca tocaba antes de abrir…
-
¿Sein? – pregunto Riza muy sorprendida.
-
Creí que te habías perdido en las montañas – comento Breda de mala gana.
Y
claro, habían pasado meses desde que la chica se había ido a quien sabe dónde
para realizar sus tareas como Alquimista de Hielo; pero lo que sorprendía a
Riza era que ya no llevaba el cabello corto, ahora lo tenía atado a una coleta
que la hacía ver diferente.
-
Ah… vendrá dentro de unos minutos, fue a ver al Fuhrer – contesto la teniente,
saliendo de su impresión.
-
Ya veo. Espero que ahora si este contento con mis investigaciones, casi estuve
1 año fuera –
-
¿Y ella quién es? – pregunto Alphonse, curioso.
-
Sein, la Alquimista de Hielo, creí que Hielo y Acero ya se conocían – respondió
Falman, refiriéndose en general a Ed y Al.
-
¿Qué? – Sein se acercó a la armadura – Alquimista de Acero, es un placer
conocerte. Veo que el nombre no te lo dan por nada –
Alphonse
respondió al saludo por educación, pero estaba muy apenado y Edward… bueno, ahí
estaba molesto…
-
Oye, YO soy el Alquimista de Acero, Edward Elric –
-
¡Por favor! No te compares con él, enano – dijo la chica.
-
¡No me llames así! Además, ¿Qué no había muerto el Alquimista de Hielo? –
-
Si, pero ahora soy yo la que ocupa su lugar – respondió ella.
Al
se alejaba poco a poco porque se veía venir una fuerte discusión entre ellos…
-
Claro, seguramente te alegraste de su muerte para tener el privilegio –
-
… – la chica apretó los puños.
Ed
guardo silencio al notar la reacción…
-
Ese era mi hermano, ¡IDIOTA! – grito ella al soltarle tremendo puñetazo al
rubio.
Nadie
intervino, solo quedaba observar…
-
Si Mustang no está aquí, iré a buscarlo. Tengo que entregarle mi informe sobre
la alquimia de cristal – Sein salió furiosa de la habitación.
-
¿Alquimia de cristal? – Ed y Al reaccionaron de inmediato.
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