Todo iba tranquilo para un día común, Watanuki caminaba
rumbo a la tienda de Yuuko como era costumbre. Llego y encontró a su jefa con
una clienta…
- Cual es tu deseo? –
- Hay una casa vieja a lado de la mía, quiero que el
espíritu maligno se vaya de ahí –
- Como sabes que hay un espíritu maligno? –
Watanuki presto atención a la conversación, quizá la
chica también tenía la habilidad de ver espíritus.
- Me lo dijo un monje – fue su respuesta
- Ya veo… - dijo Yuuko – Pero… tendrás que pagar el
precio –
- Pagare lo que pueda…
Ya para cuando la clienta se había ido, Watanuki fue a
donde estaba Yuuko con la comida preparada, lista para servirse…
- Yuuko-san, iras a esa casa para eliminar a ese espíritu
maligno? – pregunto el
- No es necesario… -
- Entonces que harás? Dijiste que le concederías su deseo
–
- Cierto… ha pagado el precio por ello. Pero, esta vez no
es necesario que yo vaya –
- Entonces quien ira? –
Yuuko lo miro con una sonrisa…
- Iras tu Watanuki! –
- QUEE??! No es justo que solo yo vaya, además ella dijo
que era un espíritu maligno!! –
- Tienes razón… -
Watanuki suspiro, pensando que su jefa se olvidaría de la
misión…
- No es justo que vayas tu solo… así que iras con Doumeki
–
- QUEEEE???!! – el chico hizo el escándalo de su vida – Y
porque él?? –
- El puede retirar a ese espíritu para siempre – contesto
Yuuko
- Entonces nada mas debería ir el –
- No… es mejor así. Ustedes dos descubrirán algo muy
importante si van juntos – remarco Yuuko después de beber sake
- Algo importante? – Watanuki se tranquilizo, pero muy
poco le duro – Como que algo importante!! Mas bien no debería ir con el!! –
A pesar de las quejas, Yuuko solo sonrió, estaba segura
de lo que iba a pasar…
Watanuki y Doumeki
llegaron a dicha casa. Lo único que tenían que hacer era buscar al espíritu,
luego Doumeki utilizaría una de sus flechas para neutralizarlo y hacerlo
desaparecer de la casa. Todo parecía tan fácil… bueno, no tanto…
- No tengo que estar contigo siempre! – se quejo Watanuki
– Así que nos separaremos, tu iras por alla y yo revisare acá –
Doumeki no dijo nada, simplemente siguió el camino que le
indicaba el chico…
- Por lo menos di algo!!! – le grito mientras lo veía
retirarse.
Watanuki camino hacia su camino, iba pensando en lo
molesto que era estar con Doumeki, y al parecer lo que más le molestaba era su
indiferencia. Como era posible que alguien fuera así? Pensando tanto y tanto,
logro escuchar unos ruidos extraños que provenían de una habitación…
El se acerco cautelosamente, los ruidos se hacían cada
vez mas fuertes… eran tenebrosos, el sentía un fuerte escalofrío…
- Debe ser por aquí… - murmuro al acercase mas – Que
clase de espíritu será esta vez…? -
Sin darle más tiempo para pensar, el espíritu hizo acto
de presencia, era tan horrible… Watanuki no pudo moverse por la impresión, este
de verdad era maligno, no se comparaba con aquellos que solía ver. El temor
recorrió todo su cuerpo, por un momento no sabía que hacer… el espíritu lo
miraba fijamente y cuando estuvo decidido a comérselo, fue cuando reacciono….
- Aaahhhh!!! – grito mientras comenzaba a correr por su
vida.
Era realmente atemorizante, corría y corría por las
habitaciones pero no conseguía deshacerse de él; en lo único que pensaba era
que ese quizá tal vez sería su fin… hasta que en su mente se reflejo la imagen
de Doumeki…
- Cierto… Doumeki iba a deshacerse de el – pensó,
encontrando un poco de alivio en su corazón.
Mas sin embargo, siguió corriendo y no daba con Doumeki…
- Donde podría estar ese… - decía mientras seguía
corriendo.
La desesperación de no encontrarlo creció y creció, ahora
era el momento en que más lo necesitaba,,, en que más lo quería…
- Doumeki!!! – grito, con la esperanza de ser escuchado.
Corriendo a través del pasillo, lo miro de lejos, por
fin, ahí estaba. Era un momento en el que se batían la alegría y la
desesperación.
Con el espíritu amenazando detrás de él, Watanuki corrió
hacia Doumeki; extendió sus brazos y en pocos minutos… un cálido abrazo hizo
que su corazón se tranquilizara. Los brazos de Watanuki rodeaban el cuerpo
delgado de Doumeki, con una fuerza determinada. El simplemente lo miro…
- Que sucede? – pregunto, siendo incapaz de mirar el gran
espíritu maligno que lo perseguía
- Doumeki… ayu… ayúdame… - dijo con un poco de trabajo
mientras su cabeza se aferraba a su pecho.
El entendió rápidamente lo que sucedía. Sus brazos
estaban libres, así que podía disparar esa flecha que eliminaría al espíritu.
Lo hizo, la flecha apunto perfectamente a esa gran masa negra y horrorosa,
haciéndola desaparecer por completo.
La tranquilidad había regresado a Watanuki, quien
lentamente soltó los brazos del cuerpo de su protector. El espíritu ya se había
ido…
- Estas bien? – pregunto Doumeki
- Si… - respondió el, de manera tranquila, el terror que
lo invadía hace unos minutos aun no lo abandonaba por completo.
Watanuki se retiro un poco de Doumeki, pero… algo hizo
que este ultimo lo tomara del brazo… ante esta acción, Watanuki se mostro
sorprendido y muy sonrojado, pues se había dado cuenta de lo que había hecho al
encontrarse con el… pero no hubo tiempo de explicaciones. En cuestión de segundos Doumeki lo jalo
contra la pared y le dio un cálido beso. Watanuki estaba más que sorprendido y
demasiado sonrojado.
Después de eso, se separaron sin decir ninguna palabra.
Mientras Watanuki estaba pensando en aquellos sentimientos que surgieron a
partir de ese beso, Doumeki solo dio media vuelta…
- Ya eliminamos al espíritu – dijo con su clásico tono
Watanuki apretó uno de sus puños y comenzó a molestarse
al tiempo que sus mejillas se tornaban rojo una vez más…
- Como es que solo me dices eso después de lo que
hiciste?! – pregunto con dicho puño en el aire.
Era su clásica forma de reclamarle a Doumeki… volteo la
cabeza hacia él y sin más le pregunto…
- Quieres que te bese otra vez? –
Esta pregunta hizo que Watanuki se sonrojara más de la
cuenta. Tuvo un nudo en la garganta y algo de el respondía un “si”. No fue
necesario pronunciar estas palabras, ya que un segundo beso se dio entre ellos…
luego de separarse…
- Doumeki… por qué? – murmuro él, con una apariencia
irresistiblemente inocente.
- Porque… era inevitable – fue su respuesta
Los ojos azules de Watanuki se entrecerraron, el estaba
tan tranquilo y se sentía seguro, más que nunca había tenido esa sensación pasando
la mayor parte de su vida solo desde que sus padres murieron. Pero ahora, ya había
comprendido que tenía a alguien a su lado, quien se preocupaba demasiado por él
y que estaba dispuesto a protegerlo de cualquier mal…
- Tú me importas mucho… -
Las palabras de Doumeki hicieron que el sonriera, que
diera la más sincera de sus sonrisas a la persona que de verdad se lo merecía.
Mientras tanto, Yuuko tomaba sake en su tienda…
- Eso es lo más importante que debían descubrir… - dijo
al alzar la copa hacia la luz de la luna.
FIN.
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